Detectores de presencia

Los detectores de presencia ofrecen todas la opciones posibles para controlar la iluminación de una forma energéticamente eficiente e inteligente. De este modo, ahorra costes energéticos y reduce notablemente las emisiones de CO2.

Los detectores de presencia reaccionan a los más mínimos movimientos y, al mismo tiempo, miden la luminosidad. Si no se registra ningún movimiento o si se supera un valor de luminosidad definido, el detector de presencia apaga la luz automáticamente.

También denominados PIR (detectores de presencia por infrarrojos pasivos),estos detectores funcionan del mismo modo que los de movimiento: registran la radiación térmica de su entorno o de su zona de detección. Si se registra radiación térmica en la zona de detección, causada, por ejemplo, por una persona que se acerca, el detector de presencia la transforma en una señal eléctrica mensurable y la luz se enciende.

La diferencia entre un detector de movimiento y uno de presencia radica en la sensibilidad de los sensores. Los detectores de presencia poseen unos sensores mucho más sensibles que los detectores de movimiento y registran incluso los más mínimos movimientos. Los sensibles sensores dividen la zona de detección de un detector de presencia de forma homogénea en hasta 1000 zonas. Las zonas se distribuyen por toda la zona de detección, como en un tablero de ajedrez.